La artrosis es una enfermedad degenerativa de curso progresivo, por lo que su manifestación se da principalmente en personas mayores de 35 años y su frecuencia aumenta a edades más avanzadas (> 65 años). La artrosis puede afectar la articulación de las rodillas, de las manos, hombros, columna y cadera.

Es la patología reumática más común a nivel mundial y en este sentido España tiene una prevalencia de artrosis de 24%, afectando la calidad de vida de muchas personas.

Las mujeres tienden a sufrir en mayor proporción que los hombres de artrosis en manos y rodillas, mientras que la distribución por sexo es equitativa en el caso de la artrosis de cadera.

Entre los factores de riesgos se tienen la edad, la genética, el sexo, la deficiencia de antioxidantes naturales, la obesidad.  

Por otra parte, si el paciente  presenta osteoporosis, algún traumatismo previo o desempeña un oficio que maltrata la articulación, todo ello puede desencadenar el padecimiento de artrosis.


¿Cómo se manifiesta?

Aunque aún no está muy claro el mecanismo que desencadena la artrosis, se sabe que la articulación sufre cambios anatómicos y por ende modificaciones biomecánicas en el cartílago hialino articular afectado, lo que desencadena la patología conocida como artrosis.

En la artrosis ocurre un desequilibrio entre la cantidad de cartílago que se degrada y la que se sintetiza, lo que ocasiona un desgaste del mismo en la articulación. Esto es un verdadero problema, ya que el cartílago es el tejido que se encarga de amortiguar la fricción de los huesos.

El desgaste del cartílago desencadena una neoformación (nueva formación) de hueso que se acumula en forma de osteofitos (protuberancias óseas) hacia los márgenes articulares, lo que empeora el cuadro.

El desequilibrio de la estructura promueve la inestabilidad de la articulación, el cambio anatómico y con ello se desatan los síntomas característicos de este síndrome anatomoclínico, también considerada una artropatía inflamatoria crónica.

Los cambios se van produciendo paulatinamente sin que existan síntomas, posteriormente comienza la dificultad para la movilidad de la articulación, incluso se llegan a atrofiar los músculos adyacentes, por lo que la artrosis afecta toda las estructuras que componen y rodean a dicha articulación. El conjunto de los cambios promueven los síntomas de la artrosis.

¿Cuáles son los principales síntomas de la artrosis?

El padecimiento de la artrosis se presenta con una triada de 3 síntomas clínicos notables, que son:

  1. La rigidez de la articulación que dificulta la movilidad de la misma, especialmente al despertar.
  • El dolor de la articulación se activa con el movimiento y desaparece con el reposo.
  • En ocasiones puede haber derrame articular e inflamación local.

Si estos síntomas son muy similares a lo que te está sucediendo es probable que estés pasando por un proceso de artrosis, por ello lo más recomendable es que asistas a tu médico especialista de confianza.

¿Cómo saber si es artrosis o artritis?

Aunque a menudo es motivo de confusión el padecimiento de la artritis y la artrosis ya que los síntomas son similares, se puede diferenciar muy fácil una de la otra, debido a que su origen es completamente diferente.

Como ya se mencionó la artrosis es una enfermedad de desgaste del cartílago, en la artritis hay una inflamación de la membrana sinovial de la articulación.

Esta última se caracteriza por dolor y rigidez de la articulación, lo que la hace similar a la artrosis, pero también se acompaña de otros síntomas como deformidad de la articulación, hinchazón, acaloramiento de la piel (enrojecimiento).  

¿Cómo frenar la artrosis?

Se pueden recomendar ciertas acciones que pueden ayudar mucho a los pacientes con este padecimiento, aunque no debes olvidar que debes consultar un médico especialista que te coloque el tratamiento para la artrosis.

  1. Realizar ejercicios que sean tolerables para mantener la movilidad de la articulación, pero evitando aquellos que incrementan el dolor.
  2. Si el dolor es muy fuerte es necesario reposar por varios días, para darle un descanso a la misma. Si es necesario puedes colocar compresas de calor pero por un tiempo menor a 30 min. También ayuda tomar sol o tomar un baño con agua caliente, colocando bajo el chorro la articulación afectada. 
  3. Especialmente en la artrosis de rodilla conviene mantener el peso ideal para evitar recargar las articulaciones.
  4. Es bueno nutrirse bien e incluir alimentos ricos en antioxidantes, puestos ayudarán enormemente al cartílago. También incluya alimentos ricos en calcio.
  5. Puede implementar el uso de bastón para no recargar demasiado la articulación afectada. El bastón va situado del lado contrario a la rodilla que está afectada.
  6. Use zapatos fáciles de colocar, preferiblemente sin trenzas y de tacón bajo.
  7. Mantenga siempre una buena postura, bien sea que esté acostado, sentado o de pie.
  8. Evite las posiciones que puedan perturbar sus articulaciones como por ejemplo inclinarse en la iglesia de rodillas o agacharse por mucho tiempo.
  9. No se quede estático en una sola posición por mucho rato.
  10. En caso de artrosis en las manos, es bueno que cambie sus utensilios de comer, por unos cómodos (anchos y livianos).

Esperamos que este artículo te haya sido útil, si es así háznoslo saber en los comentarios. 

Si sospecha que presenta algunos de los síntomas descritos en este artículo, puede pedir una cita en consulta con el Dr. Diego Giménez Belmonte

Referencias

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